Hoy he dado una vuelta por mi maravillosa ciudad y he tenido a bien de entrar junto con algunos amigos al nuevo y reformado refugio antiaéreo de la guerra civil que hay bajo el Paseo de Cervantes, y la verdad es que me ha impresionado mucho, porque toda la escenografía está cuidada al detalle (los urinarios, una reproducción de un quirófano portátil, fusiles, máscaras antigás...) y realmente uno tiene la sensación de haber retrocedido hasta 1938, año en que empezaron los bombardeos sobre Alcoy.
También hay un mapa fotográfico gigantesco de la fecha señalando los objetivos de la aviación franquista, paneles documentativos y un ordenador de esos táctiles con información acerca de los diferentes refugios esparcidos por la ciudad, que entre particulares, colectivos y fabriles hay más de un centenar, algunos (como el de la plaza de España o el del Camí) muy, muy grandes.
Pero lo mejor es, sin duda, la proyección de los testimonios de aquellos que vivieron la experiencia. Hay que escucharlo obligadamente, porque la verdad es que se te ponen los pelos como escarpias.
Bueno, recomiendo a todo el mundo que se de un garbeo por el lugar, al que se accede desde la escuela de arte, ya que es toda una lección de historia in vivo, y además la temperatura es una delicia, especialmente en estos días en que cualquiera podría freír un huevo simplemente sacándolo al balcón.
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