Tenía que pasar. 37 muertos en el primer vagón de la Línea 1 del metro de Valencia. La misma línea que cojo yo, a la misma hora.
Hoy tenía que estar en Valencia, pero en lugar de ello lo había dejado para mañana. Tampoco voy a decir que me he salvado de milagro, porque yo siempre paro en Plaza de españa, la inmediatamente anterior a Jesús, donde ha ocurrido el accidente. Si este llega a pasar dos paradas antes, en Angel Guimerá, ahora hablaríamos de cientos de muertos, ya que esta es la parada donde la mayor parte de los pasajeros se apean para hacer transbordo con la línea 3.
Digo que tenía que pasar porque la línea 1 es tercermundista, y decir eso es quedarse corto. Los convoyes son auténticas chatarras que hacen un ruido infernal al avanzar, sin aire acondicionado ni martillos de emergencia para romper los cristales. Las vías dan pena. Mientras, cualquier otra línea goza de transportes eléctricos y silenciosos y estaciones firmadas por Calatrava. Pero la línea 1, la de los obreros y los estudantes, lleva así desde que se inaguró, y fue la primera en abrir.
Ahora cabe preguntarse porqué no se ha gastado ni un céntimo en mejorar la línea. Claro, dinero para parques de atracciones en el desierto y superedificios bonitos pero totalmente inútiles no falta.
Una vez más, la estupidez ha causado una tragedia. No es la primera vez. No será la última.
Al fin y al cabo, contra la estupidez, los propios dioses luchan en vano.
1 comentario:
Otra catástrofe totalmente innecesaría. No hace falta tener un metro como los de Estocolmo, con uno en condiciones es suficiente, pero a veces ni eso.
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